lunes, 4 de noviembre de 2013

AREQUIPA: Historia y Turismo.


Arequipa es la capital y mayor ciudad de la provincia de Arequipa, es la sede del Tribunal Constitucional y la «Capital Jurídica del Perú» y desempeñó en dos ocasiones la función de sede del gobierno peruano en 18352 y en 1886 como capital de la República.
La ciudad fue fundada el 15 de agosto de 1540, bajo la denominación de «Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunta» en nombre del marqués don Francisco Pizarro y el 22 de setiembre de 1541 el monarca Carlos V en Cédula Real ordena que se la llame «Ciudad de Arequipa».
En el periodo virreinal adquirió desde ya importancia, misma que fue reconocida por la Corona Española a través de los títulos que se le conceden4 tales como «Muy Noble y Muy Leal» y el de «Fidelísima».
Arequipa está situado a una altura de 2325 msnm en las montañas del desierto  de los Andes. Esta ciudad hermosa esta construído casi totalmente en sillar, una clase de piedra volcánica blanca; esta es la razón porque Arequipa se llama la Ciudad Blanca. 

ETIMOLOGIA 
Hay  dos teorías sobre el orígen del nombre Arequipa:
La primera teoría cuenta que hace mucho tiempo los Aymara fundaron este lugar en donde construían un asentamiento. En su lenguaje aymara, ARI: significa la ¨cumbre¨ y QUIPA: ¨poner detrás¨.

La segunda teoría dice que el nombre viene del lenguaje del Inca: el quechua. La leyenda cuenta la historia del Inca Mayta Cápac, el cuarto Inca, que viajando a través del valle escoltado de una columna de militares, vírgenes sagradas y nobles que acompañaban al Sapa Inca. Mayta Cápac viendo el establecimiento que nunca antes había sido visitado por un Inca, la belleza de ese lugar y la importancia estrátegica como conexión entre el Oceáno y el Cuzco en el centro de los Andes, exclamó: ¨Ari Quipay¨ que traducido quiere decir: ¨Si, quedarse¨. Esta era la respuesta al deseo de algunos de los compañeros para establecerse en este lugar y desarrollar el área como ciudad importante en el imperio. 
El Misti no es el único volcán alrededor de Arequipa, sino el mas famoso y elegante y esta al centro de dos volcanes mas pequeños: el Chachani y el Picchu Picchu.


HISTORIA
La primitiva Arequipa era un lugar escasamente poblado por algunos miembros de la nobleza incaica y grupos de mitimaes. Los primeros españoles que hasta allí llegaron, los padres dominicos Pedro de Ulloa, Diego Manso y Bartolomé de Ojeda, quedaron encantados con la región, estableciéndose en ella.
Poco después, el 15 de agosto de 1540, una expedición de 96 españoles (algunos de los cuales habían estado en la Isla del Gallo) al mando de don García Manuel de Carbajal (lugarteniente de Francisco Pizarro), decidió fundar en el valle del Chili la «Villa Hermosa de Arequipa», por parecerles el lugar una tierra muy promisoria.

Al año siguiente de su fundación, el rey Carlos V le otorgó la jerarquía de ciudad, y por real cédula del 7 de octubre de 1541 le concedió escudo de armas. En éste se representaba el volcán Misti, los árboles y tu río de sus alrededores. Además, un león simbolizaba el valor y espíritu bizarro de sus pobladores. Tiempo después (en 1575) el virrey Toledo, en atención a la fidelidad a la corona demostrada por sus habitantes, le confirió el título de «Muy noble y muy leal ciudad», posteriormente confirmado por los reyes Felipe II y Felipe III.

La actividad que pronto se hizo predominante fue la agricultura; se habían aclimatado con gran éxito la vid y el olivo, iniciándose al poco tiempo una próspera producción de vinos y aguardientes de uva, así como de aceite de oliva, sobre todo en la zona de Yauca.

Al usarse el sillar, un tipo de piedra volcánica abundante en la región, en las construcciones, la urbe virreinal empezó a adquirir su característico aspecto, llenándose paulatinamente de majestuosas casonas de hacendados, hermosos templos y monumentales conventos, como el de Santa Catalina.
Durante este período colonial Arequipa permanece fiel a la metrópoli, lo que se explica si se tiene en cuenta que tuvo la mayor concentración de población blanca, superando incluso a Lima; en efecto, de 37 mil habitantes que tenía en la época del virrey Gil y Lemos, 22 mil eran españoles, 6 mil indios, 5 mil mestizos, 2 500 negros libertos y 1 200 esclavos. En Lima, en cambio, de sus 62 mil habitantes, sólo algo más de 18 mil eran hispanos.
Arequipa era, pues, casi un bastión español en el Perú, y obligadamente debía ser fiel a la Madre Patria. Su vida transcurría patriarcal y austeramente, y sólo movilizaban al pueblo las celebraciones religiosas, a las que acudía pleno de fervor y recogimiento. No siempre era la vida tan tranquila, sin embargo. La fuerza de los terremotos redujo gran parte de la ciudad a ruinas en 1582, 1687 y 1784, pero en cada ocasión el tradicional temple de sus habitantes volvió a levantarla.

EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA
Cuando los primeros vientos de la independencia empezaron a soplar, muchos arequipeños de ilustres familias criollas se plegaron a la causa, aun en un medio poco propicio, vinculándose con sociedades patrióticas de Argentina y otros países.

Uno de los sucesos más notables de la gesta emancipadora fue la campaña del cuzqueño Mateo García Pumacahua, quien salió hacia Arequipa en octubre de 1814 con un ejército de más de 5 mil hombres; tras derrotar a las filas realistas que comandaba el mariscal Francisco Picoaga, entró triunfante a la Ciudad Blanca y formó una junta provisional de gobierno.

Sin embargo, al poco tiempo las tropas realistas ocuparon Arequipa, por lo que Pumacahua huyó hacia la zona del altiplano, donde continuaron los enfrentamientos hasta la batalla decisiva en Umachiri, donde su ejército fue destruido. Pumacahua huyó, mas fue capturado y posteriormente fusilado, el 17 de marzo de 1815.

En el ejército patriota militaba, como auditor de guerra, el poeta romántico arequipeño Mariano Melgar, quien al igual que Pumacahua entregó su vida luchando por sus ideales.

Al proclamarse la república, Arequipa se convierte en ciudad símbolo de la misma, y sus habitantes, a diferencia de los de otras ciudades, fueron activos protagonistas de enconadas pasiones políticas y de numerosas rebeliones en defensa de los derechos vulnerados.

Uno de los episodios más largos y dramáticos de la historia arequipeña fue la revolución vivanquista de 1856, a finales del segundo año del gobierno de Ramón Castilla.

Descontentos por el despilfarro fiscal limeño que postergaba a las provincias, un numeroso grupo de pobladores acaudillados por dos jóvenes, Masías y Gamio, se declararon en contra del gobierno; las tropas militares de la zona, integradas en su mayoría por arequipeños, se adhirieron a la revuelta, proclamando a Vivanco presidente.

Vivanco volvió de su exilio en Chile y rechazó las propuestas conciliatorias de los enviados de Castilla. La rebelión, sin embargó, era puramente local y hubiera sido fácilmente debelada de no ser por la adhesión de la escuadra naval (compuesta por la fragata «Apurímac» y los vapores «Loa» y «Tumbes») liderada por Lizardo Montero, que tomó posesión del puerto de Islay en nombre de Vivanco. Vivanco recorrió los puertos de la costa buscando apoyo, pero fue en vano. Castilla, a pesar de no contar con la escuadra, se dirigió a Arica, donde formó un pequeño ejército con el cual se proponía recuperar Arequipa.

Al llegar, instaló sus tropas en Sachaca, Tingo y Tiabaya, para cortar la comunicación de la ciudad con el puerto. El aislamiento hacía escasear las provisiones de los rebeldes. Las tropas de Castilla iniciaron entonces una cruenta campaña militar, que sitió a Arequipa durante ocho meses y culminó con la sangrienta toma de la ciudad en marzo de 1858. Arica, que se había unido a la revuelta, se rindió en cuanto se supo de la derrota arequipeña.

La inauguración del Ferrocarril del Sur, y la creciente exportación de lana hacia Inglaterra, fueron el inicio del desarrollo industrial de la Ciudad Blanca.

Fue también en Arequipa donde una guarnición militar inició una revolución que se extendió prontamente y derrocó al entonces presidente Augusto B. Leguía, liderada por Luis Sánchez Cerro. Este prometió moralizar y normalizar la economía, cosa que no logró, ante el descontento popular que nuevamente se manifestó en rebeliones y desórdenes que consiguieron su renuncia y la de su junta militar en 1931.

La Ciudad Blanca ha sido escenario asimismo de numerosas campañas políticas, como la del ex presidente Fernando Belaunde Terry, quien en 1962, al serle negada la autorización para realizar un mitin de su partido (Acción Popular) en la plaza de armas exclamó que no se dejaría detener por nadie, aunque tuviese que quitar el adoquinado de las calles para defenderse.

Actualmente Arequipa mantiene su liderazgo económico en el sur del país y es una pujante urbe donde se concentran comercio, servicios, agricultura e industrias, aunque la lechera atraviesa por una momentánea retracción.


TURISMO
En Arequipa existe una gran cantidad de lugares turísticos que pueden visitar, en este sitio detallamos los principales lugares, Arequipa es una de las ciudades más importantes del Perú por lo que podrán encontrar muchas cosas en que se pueden entretener.

Cañón del Colca
Es uno de los principales destinos turísticos en todo el Perú, se realizan fiestas costumbristas comúnmente, donde se demuestra artesanía y textiles del lugar, se pueden encontrar aguas termales. Este cañón es originado por la falla de los andes y el río Colca llegando a una profundidad de 3400 metros. Es considerado como el cañón más profundo del planeta.
Se puede realizar diversos deportes de aventura como el ciclismo o el canotaje, durante el recorrido de este valle se puede encontrar unos 14 pueblos por lo cual no es nada pequeño.

Iglesia de la Compañía
Este convento e iglesia que fue construida en el año 1698 es un gran atractivo turístico muy visitado, se puede encontrar estructuras hechas con sillar de los volcanes. Dentro de este sitio se puede ver pinturas cuzqueñas o de su escuela. Su estilo es del tipo barroco arequipeño. Puede ser visitado de lunes a domingos de 8 de la mañana hasta 8 de la noche.

Mirador de Yanahuara
Está ubicado en un distrito con el mismo nombre que el mirador, desde este lugar se pueden ver estupendos paisajes de Arequipa incluyendo sus 3 volcanes más conocidos. Yanahuara esta a una distancia aproximada de 2 kilómetros de Arequipa, contando con un barrio muy tradicional de calles empedradas y casas antiguas hechas con sillar.
Este mirador fue construido en el siglo XIX y tiene arcos hechos de sillar en los cuales tiene grabaciones de ilustres personas de Arequipa.

Monasterio de Santa Catalina de Siena
Fue fundado en el año 1579, fue muchas veces afectado por terremotos y reconstruido para conservarlo con el aspecto original, se encuentra muy cerda de la plaza de armas. Es considerado como el más importante de las construcciones religiosas en el Perú.
También pueden encontrar el claustro de Sor Ana de los Ángeles Monteagudo que fue beatificada por el papa Juan Pablo II el año 1985. Este monasterio tiene más de 20 mil metros cuadrados actualmente.

Plaza de Armas
Como en toda ciudad es el lugar turístico central, donde podemos encontrar la catedral, en este lugar se fundó Arequipa, también se puede encontrar la iglesia de la Compañía, los famosos portales de Arequipa que antes eran el cabildo de la ciudad en su época virreinal. Contiene hermosas piletas por toda la plaza y algunos pequeños adornos que la hacen un gran sitio para el turismo o para tomar un descanso.

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